El whisky irlandés es un whisky elaborado utilizando cebada, y se caracteriza por su triple destilación, que lo hace suave y delicado.
La denominación del whisky irlandés en gaélico es «uisce beatha» que traducido significa ‘agua de vida’ y su denominación actual es «whiskey».
La preparación del whiskey irlandés se elabora a partir del mosto obtenido de cereales. Esta mezcla se compone generalmente de cebada malteada y sin maltear procedente de centeno, avena y trigo.
El procedimiento es similar a los whiskys escoceses. Tras la selección de los cereales, se realiza la mezcla propia de cada destilería; posteriormente se lavan y se remojan (hidratación) para someterlos a su germinación, proceso en que se transforma el almidón de los cereales en azúcares solubles.
Seguidamente, se muelen los granos (excepto los que previamente tengan que ser malteados) y, tras realizar la infusión o empastaje, se procede a la fermentación del líquido obtenido durante aproximadamente 72 horas. Obtenido el vino, se realizan 3 destilaciones al cabo de las cuales se somete a envejecimiento en cubas de roble (antiguamente debían haber contenido vino de Jerez). Este período debe durar un mínimo de 7 años, es decir 4 más que en Escocia
El consumo del whisky irlandés se realiza mayoritariamente dentro del país de producción, exportando solamente un 25%, aunque en estos últimos años han aumentado notablemente dichas exportaciones.
Con este whiskey se hace un café de fama internacional que si se hace correctamente es excepcionalmente bueno.
Receta: Copa grande de boca ancha, 1 copa de whisky, 1 café americano (doble de agua), 4 cucharadas de café con leche de azúcar negra de caña y un buen chorro de nata fresca. Elaboración: Echar el azúcar en la copa, añadir el café muy caliente, integrar el whisky también caliente y revolver muy bien, a continuación añadir la nata muy fría muy despacito para que se pose en la superficie.
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