Vodka,es una bebida destilada. El vodka es una de las bebidas alcohólicas más populares del mundo. A excepción de cantidades insignificantes de condimentos, consta únicamente de agua y etanol. Se produce generalmente a través de la fermentación de granos y otras plantas ricas en almidón, como el centeno, trigo, remolacha o patata. Normalmente el contenido de alcohol del vodka se encuentra entre 30% y 50% del volumen; el vodka lituano, ruso y polaco clásico contiene 40 grados de alcohol.

Hasta hace poco el Diccionario de la Real Academia Española otorgaba a la palabra “vodca” género femenino: “la vodca”. Actualmente la considera de género ambiguo, como sucede con el mar: puede decirse el mar y la mar. También acoge dos grafías: vodca y vodka. Lo define como “especie de aguardiente que se consume mucho en Rusia”.

Como en muchos otros países, en Rusia a esos destilados alcohólicos que nacieron a la civilización Occidental en la Edad Media, se les llamó “agua de vida” en lengua vernácula, que en el caso del ruso dio “zhiznennia voda”. Posteriormente se impuso abreviar la expresión y utilizarla en diminutivo, quedando en “vodca”, que significa literalmente “agüita”. Esa es al menos la explicación que generalmente suele darse. La palabra vodca comienza a emplearse sólo a partir del siglo XVII. En los países del Este “vodca” sirve para designar cualquier bebida de alta graduación. A este respecto, hay que tener en cuenta, como sucede con frecuencia con las palabras extranjeras utilizadas fuera del contexto de esa lengua extranjera, que “vodca” significa una realidad distinta en los países del Este y en los países de habla castellana, inglesa o francesa.

En Rusia se llama vodka no solamente al compuesto de etanol y agua, sino también a muchos licores de frutas y destilados con sabor a cereal a los que no se atreven a llamar “whiski”. Vodka, en contexto ruso, es palabra muy genérica, como la inglesa “spirit”, que sirve para designar cualquier destilado. Nunca los rusos consiguieron un aguardiente que resultase atractivo en razón de sus sustancias de origen, como hicieron los escoceses con la cebada —dando lugar al whisky— y los franceses con los aguardientes de vino de Charente y de Armañac, los mexicanos con el Tequila, etc.; pero consiguieron algo no menos interesante: un destilado insípido compuesto sólo por alcohol y agua.

Se discute si fueron los rusos o los polacos quienes primero lo produjeron. La intención, al parecer, era conseguir una concentración de alcohol tan elevada que el producto no pudiese congelarse fácilmente, en razón de que el alcohol se congela a temperaturas más bajas que el agua. San Pedro Smirnoff fue quien popularizó la idea del aguardiente insípido, encontrando gran aceptación. Resulta agradable con zumo de naranja, con cualquier otro zumo o con cualquier bebida inalcohólica, como la tónica o la coca-cola. Es base para muchos cócteles. Sirve mucho mejor que el orujo, que siempre arrastra sabor, para fabricar licores caseros, mediante la maceración de frutas. No cansa. El vodka viene a ser como un papel en blanco, donde se puede escribir lo que se quiera. Se precia sólo de ser un buen papel. Sobre todo carece de la toxicidad propia de los aguardientes basados en la alquitara, preocupados por no perder el sabor de la materia prima. Aspira, por así decirlo, a estar compuesto sólo por agua y etanol. Admite sucesivas destilaciones hasta lograr lo deseado.

Antes de que se inventase en el siglo XIX el vodka en sentido moderno —H2O + CH3-CH2OH, es decir, agua y etanol— no cabía inducir sabores —de menta, de enebro, etc.— a un alcohol puro e insípido. Había que inducirlos a un aguardiente, a una destilación imperfecta con sabores de la materia de procedencia. El ideal de los alquimistas fue aislar completamente el alcohol, incluso del agua. El vodca es alcohol puro —agua y alcohol—, pero no alcohol absoluto: sólo alcohol sin incluso agua. El alcohol absoluto es costoso de obtener y sólo se logró obtenerlo bien entrado el siglo XX. Existe una marca que se llama absolut vodka, muy sugerente como producto, pero que tiene un 60% de agua, pues las legislaciones no suelen permitir vender al por menor una concentración alcohólica superior a los 40 o 43 grados. Tampoco suelen permitir que se venda al por menor alcohol puro —agua y alcohol— y neutro —sin desnaturalizar—, si no es bajo la denominación vodca. En eso consiste el llamado “vodca para cócteles”. Se trata de una simple mezcla de alcohol y agua. Todas las bebidas alcohólicas —salvo el vodca— se componen de alcohol, agua y algo más. En ocasiones en la botella de vodca se hace constar las materias primas de proveniencia; pero ello es irrelevante desde el punto de vista de la composición del vodca: agua y alcohol. A lo más está levísimamente aromatizado.

El origen de la comercialización del alcohol puro e insípido que en Occidente denominamos vodca está ligado a la marca Smirnoff. Comenzó en Connecticut, en 1934, y se popularizó acabada la Segunda Guerra Mundial. Se expidió inicialmente como “whisky blanco”, y su slogan era “sin gusto ni olor”. Resultó muy útil para cócteles. Sin embargo, como hace notar Gordon Brown, si el vodka no se vendiese bajo ese nombre sino con el de “alcohol neutro” perdería todo su encanto. Los nombres rusos del vodka —vodca ya en sentido occidental— dan pistas sobre ese sabor suave o sobre el origen del producto. Limonnaya significa con sabor a limón, Krepkaya indica que es fuerte, Moskovskaya, que proviene de Moscú, etc.

El vodka se produce hoy en todo el mundo. Hay muchos productores estadounidenses, e incluso japoneses, como Suntory. El vodka goza de gran popularidad y prestigio en los países escandinavos, siendo la sueca Absolut, la finlandesa Finlandia y la ucraniana Petroff, las marcas más prestigiosas para muchos degustadores del vodka. Hasta la aparición del vodca era prácticamente imposible tomar bebidas alcohólicas con sabor a zumo de naranja o zumo de limón o de piña.

En países como El Salvador y Burkina Faso, el vodka es la bebida alcohólica de mayor consumo; ésta representa más del 87% de la demanda global de licores de dicha nación, formando parte así de su cultura popular.
Muchas personas suelen mezclar el vodka con diferentes zumos de fruta (mayoritariamente de arándano o naranja), para así darle un sabor distinto con un ligero toque de alcohol.

El vodka producido en Rusia contenía 40 % de alcohol y el otro que producen en Polonia alcanza los 45º de graduación alcohólica. Actualmente la graduación típica oscila entre 37,5% y 42% en vodkas ordinarios (hasta 70% en algunas especialidades rusas), por lo que su aporte calórico al organismo por cada 100 g es de 315 kcal. La importancia de la graduación depende sobre todo de que se tome solo o mezclado con otros líquidos.

Las costumbres para beberlo difieren según su lugar de consumo. En los países bálticos y de Europa oriental, la bebida es tomada sola y sin mezclar, sirviéndose en vasos bien fríos y acompañada a menudo de comida. En los países occidentales, es utilizada principalmente en combinados, aunque el auge de los llamados vodkas «premium» hace que cada vez sea más frecuente consumir vodka solo.

Originariamente la producción de esta bebida era a partir de los productos de agricultura locales más baratos y abundantes, como el trigo, maíz, patatas, caña de azúcar o la combinación de cualquiera de estos. El proceso consistía en una filtración simple y rápida del fermento de estos usando un filtro a base de carbón vegetal, en lugar de un caro y prolongado proceso de destilación. El líquido purificado era después reducido, sin añejarse hasta ser potabilizado mediante la adición de agua destilada para luego embotellarlo. El resultado de este ciclo de elaboración era y sigue siendo un producto incoloro y sin olores con una graduación alcohólica elevada.

Proceso de elaboración
Preparación del caldo: se muelen los granos convirtiéndolos en harina, se añade agua y se hace la mezcla bajo presión. Durante la operación el almidón contenido en los granos se transforma en una masa de gel y luego en azúcar que, bajo el efecto de la levadura, se transforma en alcohol durante la fermentación. La fermentación dura cerca de 40 horas y produce una bebida bastante fuerte (cerca del 90%) que se procede a destilar; con esta alta cantidad de alcohol se garantiza la pureza del vodka producido.
Destilación: tiene lugar en un sistema de destilación continua o por el sistema «pot still» en alambiques aislados (o una combinación de ambos), que tiene de 2 a 5 alambiques; la altura de los alambiques (de acero inoxidable con partes de cobre) es de 20-40 metros en el caso de grandes producciones industriales. Los alambiques en pequeñas destilerías con el sistema «pot still» son de tamaño mucho más reducido. En el primer alambique el alcohol se aparta de la brasa: la brasa calentada va desde arriba del alambique y se encuentra con la corriente de vapor caliente desde abajo, el alcohol junto con otros vapores sube a la parte superior del alambique. Los residuos de la brasa -el orujo- se separan en la parte inferior y se usan para cebar el ganado. Con ayuda del segundo alambique -rectificador- el alcohol aumenta su fuerza concentrando en la parte superior de éste. El número de veces que la bebida es destilada depende en gran medida de la marca y la calidad. Los vodkas comunes son destilados dos veces, o tres a lo sumo (p.e Smirnoff). En el nivel superior del mercado se encuentran vodkas destilados 4 (Belvedere), 5 (Lokka y Ciroc), 6 (Alpha Noble), 8 (Russian Standard Imperia) e incluso 9 veces (Jean Marc XO, que actualmente ostenta el récord).
Filtración: a continuación el vodka es sometido a un proceso de filtración, cuyo objeto es eliminar cualquier tipo de impurezas que pudiesen persistir en el líquido. La filtración varía de una destilería a otra, aunque el método más común es el uso de filtros de carbón orgánico, generalmente de madera de abedul o manzano. Otros métodos incluyen la utilización de arenas de cuarzo, metales preciosos o incluso diamantes. En ocasiones el vodka es enfriado a muy bajas temperaturas para provocar la solidificación de eventuales residuos.
Disolución: la bebida final antes de la mezcla contiene 96 % de alcohol y carece casi por completo de sabores y olores ajenos a los propios del etanol. La calidad del agua es fundamental para el resultado final. A menudo se suele recurrir a aguas provenientes de determinados glaciares, manantiales, lagos, etc. El volumen total de alcohol suele oscilar, como ya se mencionaba anteriormente, entre 37,5º y 42º para los vodkas occidentalizados y hasta 70º en el caso de algunos destilados rusos.

Marcas y especialidades

El vodka es la bebida espirituosa más consumida del mundo, y un ingrediente popular de copas y combinados de todo tipo. Las marcas más populares y exitosas son Smirnoff (propiedad del fabricante británico Diageo), Absolut, Stolichnaya (propiedad de la sociedad SPI y objeto de un intrincado litigio entre la susodicha y el Estado ruso), Eristoff y Sobieski (líder en Polonia, segunda marca en Lituania, tercera en Francia).

En la primera década del siglo XXI han surgido nuevas tendencias en materia de vodka: por un lado la anteriormente mencionada aromatización de vodka con diversos sabores (cítricos, diversas frutas, vainilla, pimienta, «bissongrass», guindilla etc.), por otro, la aparición de vodkas de alta gama y precios relativamente elevados, un novum en el mundo de la bebida blanca. En este grupo destacan Beluga Noble Russian Vodka (Russia), Sobieski Estate (Polonia), Grey Goose (Francia), Khortytsa (Ucrania), Level (Suecia), Stolichnaya Elit (Rusia), Wyborowa Single Estate (también conocido como Wyborowa Exquisite, de Polonia), Russian Standard Platinum y Russian Standard Imperia, Kaufmann (Rusia), Ciroc (Francia), Kettle One (Holanda), Oso Negro (Mexico), Snow Queen (Kazajistán), LOKKA (Turquía), Xellent (Suiza), Diva (Inglaterra), Jean Marc XO (Francia), Oval (Austria), Alpha Noble (Francia), Montesskaya (Colombia),Ruskaya (Ecuador).

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