Clásico productor y exportador de vinos, sus cepas y métodos de vinificación crearon escuela en el mundo entero. Tanto para los entendidos como para el gran público, Francia y vino son sinónimos.

Una de las razones de la importancia de Francia en materia vitícola reside en la extraordinaria gama de vinos que produce. La diversidad de sus climas y sus suelos le permite elaborar desde blancos ligeros hasta tintos potentes.

Cada región francesa tiene sus vinos típicos en estrecha relación con la gastronomía local

BEAUJOLAIS

Es uno de los vinos más conocidos del mundo. La región de Beaujolais ocupa una amplia zona, desde el sur de Mâcon hasta los alrededores de Lyon, y está limitado al este por el valle del Saona. El punto culminante de la región está a más de 1000 m y las viñas alcanzan una altitud de cerca de 500m.

Además de las denominaciones Beaujolais AOC y Beaujolais-Villages AOC, diez pueblos están autorizados a dar nombre al vino: son los llamados «crus de Beaujolais». Estos pueblos son los siguientes : Saint-Amour, Juliénas, Chénas, Moulin-à-Vent, Fleurie, Chiroubles, Morgon, Régnié, Côte-de-Brouilly, Brouilly.

Los caldos de Beaujolais pueden beberse jóvenes, para acompañar carnes a la brasa, embutidos suaves y quesos. Los vinos de los Crus se beben con comidas más fuertes. El Beaujolais Nouveau se debe beber muy joven.

CHAMPAGNE

Champagne se extiende a unos 145 km al noreste de París. Ocupa la cuenca de un mar interior desaparecido en la era terciaria. Las elevaciones geológicas han creado las mesetas de la Montagne de Reims y de la Côte des Blancs, con viñedos famosos que poseen la mayor concentración de grands crus y premiers crus. Champagne cubre unas 35.000 hectáreas.

El viñedo de Champagne era famoso bastante antes de que se empezara a producir el vino espumoso que todos conocemos como Champagne. Entre 826 y 1825, 37 reyes de Francia fueron coronados en la Catedral de Reims, después de que San Remigio bautizara allí a Clodoveo. Ya en el siglo IX se hablaba de los vinos de Épernay y los abundantes monasterios de la región estimularon el cultivo de la vid tanto como la exportación del vino. Las grandes ferias medievales que se celebraban en esta región, punto clave de las principales rutas europeas, extendieron aún más el renombre de sus vinos. Muchos reyes y papas poseían viñas en esta región. El vino de Champagne era, en esa época, un vino tinto de color pálido, aroma intenso, tranquilo y no espumoso.

Se atribuye la paternidad del champagne a Dom Pierre Pérignon, un monje benedectino de la abadía de Hautvilliers, que a fines del siglo XVII se dedicó a desarrollar un vino pálido, casi blanco y algo efervescente a partir de las mejores pinot noir. No obstante, es en 1712 que la corte del Duque de Orléans lanza la moda de esta nueva bebida. Para cuando Napoleón I llegó al poder, el vino espumoso de Champagne ya había conquistado a nobles y poderosos de París a San Petersburgo.

«Merecido en la victoria, necesario en la derrota»: esta frase expresa a la perfección la actitud de todo el mundo hacia el champagne, el vino con el que celebran los ganadores y se consuelan los perdedores desde hace siglos. El Champagne puede acompañar toda una comida: con el aperitivo, entradas y pescados, un brut de blanc de blancs; con las carnes, un blanc de tinta o un millésimé y, para el postre, un semi-dulce o un rosado.

LANGUEDOC-ROSELLÓN

Los viñedos bordean el Mediterráneo, desde los Pirineos hasta el delta del Ródano. Estas condiciones son ideales para la vid. Es la región productora más grande de Francia (40% del vino francés) y también aquella donde se han producido hasta hoy los cambios más interesantes en materia de viticultura.

Se produce vinos tintos. Las variedades mourvédre, syrah, cinsaut, carignan y garnacha constituyen la base de la mayor parte de estos tintos.

Las denominaciones son: Côtes du Roussillon, Corbiéres, Fitou, Minervois, Côteaux du Languedoc, Clairette du Languedoc, Costières de Nîmes, Blanquette de Limoux.

Los vinos dulces naturales del Rosellón de Banyuls, Rivesaltes, Maury y Muscat Rivesaltes son apreciados en Francia, no sólo como vinos de postre, sino también como aperitivos y para acompañar el foie gras, el melón y los quesos azules.

PROVENZA

El vino francés nació en esta región. Cerca de 500 años antes de la anexión por los romanos, en 125 A.C., los colonos focenses y griegos plantaron las primeras vides.

Provenza está delimitada por los Alpes, al norte y al este, por el Ródano, al oeste, y por la costa mediterránea, al sur. Las denominaciones más importantes son Côtes de Provence y Côteaux-d’Aix-en-Provence. Las denominaciones pequeñas, de carácter muy marcado, son Bandol, Bellet, Cassis y Palettes. Las variedades garnacha y cariñena son utilizadas para la elaboración de vinos rosados. Para los tintos se utiliza las variedades cinsault, syrah y mourvèdre.

CÓRCEGA

El estilo de los vinos de Córcega ha sido moldeado por las montañas y el mar. Las variedades autóctonas tienen un fuerte acento italiano (nielluccio y sciacarello para los tintos, vermentino para los blancos). La mayoría de sus vinos son tintos. Córcega posee una denominación general Vin de Corse y dos A.O.C. Ajaccio y Patrimonio.

SUD-OUEST (SUROESTE)

El Suroeste se extiende desde el departamento de la Gironde, al norte, hasta los Pirineos, al sur. Esta región se enorgullece de una gran diversidad de vinos, surgidos de numerosas variedades locales a las cuales se han añadido las de Burdeos. La región ofrece todos los estilos de vinos, desde los vinos de Gaillac blancos, secos y ligeros, tranquilos o espumosos, hasta los de Montbazillac y Jurançon, ricos y suaves, pasando por los tintos finos de Bergerac y los tintos sólidos y poderosos de Madiran, Cahors y Buzet.

Las regiones de Dordoña, Lot, Tarn, Lot-et-Garonne, Gers y el País Vasco son remansos de paz donde se vive bien y los buenos vinos están presentes a la hora de la comida.

VALLE DEL LOIRA

El majestuoso Valle del Loira nos ofrece una variedad infinita de aromas y colores. En efecto, esta región produce una gama de vinos tan amplia que es difícil encontrar características comunes. Su producción abarca desde los vinos blancos secos, semisecos, melosos o generosos a los vinos tintos ligeros o profundos e intensos, pasando por los rosados secos o dulces o los crémants.

El valle del Loira cuenta con 31 denominaciones de origen o AOC: Chinon, Sancerre, Saumur, Saint-Nicolas de Bourgueil, Anjou, Touraine, Vouvray, etc… Los vinos del Loira son fantásticos para acompañar las carnes blancas, los quesos de cabra y la charcutería.

VALLE DEL RÓDANO

Se trata de la región vitícola más antigua de Francia. Produce vinos con carácter, llenos de sol, de color profundo con acentos de flores, de frutas y de especias. El valle del Ródano cuenta con varias regiones diferenciadas. De norte a sur, los cerca de 200 km que separan Vienne de Aviñón producen desde los tintos aromáticos de Côte-Rôtie de dominante syrah, hasta los vigorosos tintos de Hermitage, el viñedo más famoso de la régión. También se elaboran allí los vinos jóvenes y frutales a base de garnacha de Côtes du Rhône. El Valle del Ródano cuenta con 22 AOC de las cuales destacan: Châteauneuf-du-Pape, Gigondas, Côtes Rôtie, Saint Joseph, Hermitage, Côtes-du-Rhône, Côtes du Ventoux, Tavel, etc.

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